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Fagor Professional Blog | Tendencias y consejos | Mafia, cine y buenos restaurantes

Mafia, cine y buenos restaurantes

Bueno ¿y qué tiene que ver un libro sobre los mafiosos con este blog (que es el vuestro)? Pues el caso es que recientemente se ha cumplido el 40 aniversario del estreno de la pelí­cula El Padrino, que, sin ánimo de ofender, serí­a algo así­ como el Bocuse del cine de gangsters. Y, con un amplio sentido de la oportunidad, los autores Pau Llavador y Marí­a Adell, acaban de publicar El Nueva York de El Padrino y otras pelí­culas de la Mafia, un libro de lo más apetecible, por cuanto recoge e identifica todos los rincones que aparecen en la trilogí­a de Coppola y en muchas otras producciones de tema mafioso que llegaron después.

No todos los lugares que aparecen en el libro son restaurantes; pero es obvio que no podí­an faltar, porque la asociación entre mafiosos y cocina abunda en el mundo del cine… y también en la vida real. Capos auténticos como Joe «The Boss» Masseria, Dutch Schultz, Joey Gallo, Carmine Galante o Paul Castellano fueron asesinados mientras cenaban en lujosos restaurantes de Nueva York. Según cuenta Carl Sifakis en su libro The Mafia Enciclopedia, el folklore justifica esta lí­nea de acción como una señal de respeto, para dejar que los jefes disfruten de una última comida antes de darles la jubilación anticipada, pero, romanticismos aparte, «la razón más probable de que haya tantos asesinatos en restaurantes es porque es uno de los lugares donde es más fácil coger a las ví­ctimas con la guardia baja». De todos modos, Sifakis comenta también que ser frecuentado por mafiosos es una de las mejores cartas de recomendación de un local ya que, como confesaba un cliente habitual de Sparks: «¿Cómo va a comer un don en un restaurante cutre?»

La obra de Llavador y Adell hace real el mundo de la ficción, y recupera buena parte de los lugares que hemos conocido viendo la trilogí­a de los Corleone, además de obras como Uno de los nuestros o Los Soprano, entre otras muchas. Y decimos «recupera» porque en no pocos casos los locales de los que habla ya han desaparecido, como es el caso del restaurante donde Michael Corleone asesina a Sollozzo; en cambio, sigue en pie el restaurante Vesubio, uno de los principales escenarios de Los Soprano, que en realidad se llama Punta Dura y está enclavado en Queens, así­ como el Holstens Brookdale Confectionary, donde se rodó la última y controvertida escena de la serie. Y, volviendo a El Padrino, los autores han localizado también la pastelerí­a donde sirven los mejores cannoli de Brooklyn, esos mismos tan ligados a un inolvidable ajuste de cuentas de la primera pelí­cula.

Además de bares y restaurantes, el libro ofrece hasta 75 localizaciones diferentes y dos rutas a pie y en coche, para que puedas recorrer Nueva York sintiéndote como de la familia. ¡Y no olvides los cannoli!

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