La gastronomía es uno de los principales atractivos turísticos del País Vasco y cada año son más los turistas que acuden al País Vasco para disfrutar de su entorno y rica gastronomía. En esta intensa y sabrosa experiencia, son muchos los turistas que aprovechan su viaje para acudir a las sociedades gastronómicas típicas en la comunidad autónoma, visita que les llama mucho la atención debido a las características, funcionamiento y gestión que observan en ellas.
Las primeras sociedades gastronómicas abrieron hace siglos. En Euskadi hay 1.554, y la más antigua, la Unión Artesana (Donostia), data del año 1870. En aquellos tiempos el espacio público era del hombre, aunque hoy en día es cada vez más frecuente encontrar mujeres en estos txokos tradicionalmente varoniles.
A continuación, vamos a resumir brevemente las características y funcionamiento de las sociedades gastronómicas del País Vasco. Quienes no las conozcan o nunca hayan visitado una sociedad, pueden encontrar aquí un pequeño manual de uso y comportamiento que les permitirá entender y disfrutar de una manera más cercana la cultura gastronómica del País Vasco.
Funcionamiento y características de la sociedad gastronómica
La función básica y fundamental de una sociedad gastronómica es ofrecer a sus socios, un lugar donde realizar sus comidas o cenas, bien en compañía de otros socios o de familiares/invitados.
La equipación industrial, una pieza clave en la sociedad gastronómica
En las sociedades gastronómicas podemos destacar tres zonas principales: cocina industrial, comedor y almacén-bodega.
Las cocinas de las sociedades gastronómicas, debido en gran parte a las reformas que se están realizando en la mayoría de ellas, son industriales y cuentan con una gran equipación profesional (elementos de cocción, hornos industriales, frio industrial y lavado de vajilla), elementos imprescindibles para asegurar el buen funcionamiento del txoko.
En la zona del comedor, se encuentran las mesas con sus bancos corridos o banquetas, siempre guardando la misma ubicación y posición. En la mayoría de las sociedades estos elementos suelen estar números para facilitar su orden y gestión. De esta forma, los socios pueden realizar con antelación la reserva de los sitios necesarios para su comida o cena en la lista semanal que se publica en el tablero de avisos, lugar donde siempre figura el plano del local con la numeración correcta de las mesas.
Por último cabe destacar el almacén o la bodega, lugar en el que almacenarán las bebidas y alimentos básicos (condimentos, latas de conserva, material auxiliar…) de la sociedad gastronómica.
Gestión basada en el auto-servicio y confianza de todos los socios
La gestión de una sociedad gastronómica, siempre se ha basado en el autoservicio y confianza. Al acudir a una sociedad gastronómica, es habitual repartirse las tareas de cocina y comedor entre los invitados. Además, para poder llevar una correcta gestión económica, es fundamental que cada socio anote en un listado todos aquellos productos que ha tomado de la despensa y/o bodega de la sociedad, importe que se depositará en un buzón o caja colocado para este fin. El tesorero será el encargado de verificar las cuentas y controlar estos ingresos.
Como el sistema se basa en la mutua confianza, es lógico que la entrada de nuevos socios se controle rigurosamente por la junta directiva de cada sociedad. Deberán ser presentados por otros socios que los avalen, funcionando además el derecho de veto por el que puede impedirse la entrada de cualquier aspirante.
A las figuras que constituyen la directiva de la sociedad (presidente, vicepresidente, vocales, tesorero) hay que añadir la figura del «bodeguero». Si el tamaño de la sociedad no es muy grande, esta labor la suele asumir normalmente el propio tesorero.
Por último, cabe destacar que la mayoría de sociedades tienen cubierto su cupo de socios y los aspirantes forman las listas de espera. Cada sociedad establece las normas de entrada, generalmente basadas en la fecha de solicitud. Algunas admiten socios eventuales, que lo son a todos los efectos, salvo la posesión de la llave. En otras, cuando la baja es por muerte se da preferencia al hijo del socio fallecido. Existen también socios honorarios, que lo son en virtud de méritos especiales con la sociedad. La situación de los jubilados es variada, desde la exención total en el pago de sus cuotas, una reducción en las mismas, o su abono total.
Si has visitado alguna vez una sociedad gastronómica, comparte tu opinión con nosotros 🙂
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