Es bien conocida la importancia que ha cobrado en los últimos años la diabetes dentro de las enfermedades con mayor presencia entre la población española: cinco millones de personas la padecen en nuestro país. Una cifra impresionante, que trae aparejada para la mayoría de los afectados unos requerimientos dietéticos y unas normas en la alimentación que garanticen que puedan seguir haciendo una vida normal. Cabría suponer que todos los diabéticos tuvieran un especial cuidado con su dieta, dadas las complicaciones para la salud que pueden derivarse de los incumplimientos, pero ¿cuántos de ellos lo hacen en realidad?
A esta pregunta ha contestado el estudio The diet of Diabetic Patents in Spain in 2008-2010, realizado por el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y dirigido por el catedrático Fernando Rodríguez-Artalejo, realizado sobre una base de 12.000 afectados por la enfermedad. Los resultados llaman la atención: el 50% de los diabéticos españoles no sigue las pautas de alimentación que requiere el cuidado de su enfermedad. Por sexos, los hombres son más descuidados que las mujeres, con un 58,8% de incumplimientos masculinos frente al 41,9% femenino. La vigilancia de lo que se come aumenta con la edad, pero no parece tener relación con el nivel de estudios: los universitarios incumplen su dieta en mayor porcentaje que los que sólo tienen el graduado escolar.
En conjunto, el estudio concluye que «los pacientes diabéticos en España deberían reducir su consumo de grasas saturadas, colesterol, azúcar y sal, y deberían incrementar su ingesta de carbohidratos completos y fibra». Una conclusión que tiene que ver con la paradoja expuesta a los medios por el director del estudio: si en España se siguiera la tradicional dieta mediterránea, la incidencia de la diabetes sería mucho menor. Pero, tanto diabéticos como no diabéticos –y, lo más importante: también diabéticos sin diagnosticar, que según la Federación de Diabéticos Españoles podrían sumar hasta 2,3 millones de afectados- hemos ido adoptando unas pautas alimentarias cada vez más alejadas de esa dieta, y cada vez menos recomendables.
¿Y los restaurantes qué tienen que decir en todo esto? Los profesionales del sector han indicado en más de una ocasión las complicaciones que representa preparar una variedad de platos que no afecte a ninguna de las vulnerabilidades de las personas con trastornos alimentarios. Sin embargo, cadenas como los Paradores Nacionales incluyen platos específicos para diabéticos, celíacos y vegetarianos. Otros locales procuran informar a sus comensales, y fue muy celebrada en este sentido la iniciativa de un restaurante madrileño que elaboró una carta con indicaciones específicas sobre la cantidad de hidratos de carbono de cada uno de sus platos, elaborada con el asesoramiento de la Asociación de Diabéticos de Madrid.
Visto el alto número de diabéticos que hay en España, estas iniciativas deberían prosperar… aunque servirán de poco si la gente no se cuida. El estudio de la UAM supone, por lo menos, un valioso toque de atención.
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