Ya lo hemos dicho en alguna ocasión: de un tiempo a esta parte, la coctelería se está tomando muy en serio en España, y está logrando ser considerada –con razón- como una parte básica de la gastronomía. Y como tal, en ella juega un papel fundamental tanto contar con unos utensilios adecuados para la elaboración de los cócteles como haber recibido la formación necesaria para sacar todo el jugo a alcoholes, zumos, vermuts y demás componentes.
Esto es así incluso con el otro tiempo humilde gin-tonic, que lleva ya un tiempo erigiéndose como el campeón del cóctel cotidiano, el combinado más popular entre los españoles, que no han tardado en asimilar la necesidad de exigir al barman una preparación, un nivel por así decirlo, que les asegure disfrutar de una copa preparada con conocimiento y con mimo.
Precisamente de eso se ocuparon en la Master Class Gin Tonic Tanqueray celebrada el pasado jueves, y a la que tuvimos el privilegio de asistir. Los organizadores fueron el Grupo Lezama, que puso a nuestra disposición uno de sus restaurantes más representativos, el Café de Oriente en Madrid, y la firma de licores Diageo, que envió a uno de sus brand ambassadors. El objetivo: enseñarnos a explotar todas las posibilidades del gin-tonic y presentar, de paso, uno de sus nuevos conceptos: el Tea Tonic (enseguida os contamos de qué va).
De momento, la velada se inició con una visita a las instalaciones del restaurante, incluída la cocina (donde no pudimos resistirnos a meter la nariz. Deformación profesional ¿sabéis?), antes de pasar a la cava donde iba a tener lugar la demostración. El material de trabajo prometía, desde luego: Tanqueray 10, ginebra con una alta graduación alcohólica que, lejos de convertirla en un demoledor de hígados, potencia los atomas de los botánicos que se usan en la preparación de los combinados. De hecho, es la única ginebra que ha sido incluída en el Hall of Fame de la San Francisco World Spirits Competition.
Hubo una pequeña introducción sobre la historia de la ginebra, donde no faltó el recordatorio de sus propiedades curativas cuando se combinaba con tónica… Aunque puntualizando que la tónica que bebía el ejército inglés en la India, donde se popularizó esta combinación, contenía diez veces más quinina que la actual; datos que os recordamos en este post para que no busquéis excusas salutíferas a la hora de disfrutar de un gin-tonic.
Y pasemos a la receta del gin-tonic perfecto, según nos indicó el brand ambassador de la marca: 50 ml de ginebra, 7 cubitos de hielo y 200 ml de tónica. Servido en una copa adecuada para percibir todos sus aromas y matices. Todos tuvimos ocasión de prepararnos el nuestro bajo la supervisión y los oportunos consejos del experto, y de comprobar in situ los resultados de nuestra dedicación y esfuerzo.
Y también, claro, estuvo la presentación del Tea Tonic: una novedad consistente en bolsitas parecidas a las de té, que se infusionan, por así decirlo, en la ginebra durante un minuto, antes de incorporar el hielo o la tónica. El resultado es que el sabor se potencia con los elementos presentes en cada bolsita: así, la variante Juniper contiene enebro y cítricos, Spices una combinación de especias, Fresh Citrus notas de pomelo, Camomile cilantro y camomila y Balance… una mezcla de todo. Estas bolsitas sustituyen al tradicional toque cítrico que se incorpora al gin-tonic y que hace tiempo que ha ido mucho más allá de la aburridísima rajita de limón: limas, limas kaffir, lemongrass, naranja china…
En resumen, una jornada de lo más instructiva, de la cual hemos salido con todo el conocimiento sobre cómo debe ser un gin-tonic comme il faut. Por supuesto aquí cada uno tiene sus ginebras preferidas, porcentajes de alcohol, cítricos que lo acompañan… Pero por lo menos hay un punto donde todos deberíamos estar de acuerdo: beber con moderación no está reñido con beber con calidad.
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