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Cuando las cocinas se descubren a la vista del comensal


Desde hace algún tiempo el comensal es el rey de la restauración. Se acabaron los protagonismos de los grandes chefs, las grandes marcas de gastronomí­a y los restaurantes inaccesibles. El comensal, desde que entra por la puerta, se convierte en crí­tico gastronómico y juez absoluto, y hay que cuidar hasta el más mí­nimo detalle para estar a la altura de sus expectativas. Las redes sociales han ayudado también a consolidar esta tendencia convirtiendo a cualquier comensal en prescriptor o crí­tico de cualquier establecimiento. Con esta evolución, las cocinas de los restaurantes y bares españoles también han cambiado. La tendencia actual en restauración son las cocinas a la vista, esas que se sitúan cerca del cliente, dejándole ver todo el proceso de cocinado, así­ como la maquinaria que lo equipa y las condiciones higiénicas en las que se encuentra.

Las cocinas a la vista acercan a los comensales a los fogones, permitiéndoles ver un pequeño espectáculo culinario, y creando sensación de transparencia y proximidad, rompiendo la barrera entre cocineros y clientes.

Un restaurante que muestra su cocina al público es un establecimiento sin secretos, sin nada que ocultar, y eso supone un plus para quien degusta sus comidas. La ventaja principal de este tipo de cocinas es que dan una mayor seguridad al cliente, que puede ver todo el proceso de elaboración del producto y comprobar la higiene de hornos y encimeras. Otra de las ventajas es la cercaní­a del cliente respecto a los cocineros, es decir, antes quien «daba la cara» eran metres, camareros y personal de sala, y con este tipo de cocina el cliente sabe cuáles son las manos que están detrás del producto que va a consumir. El chef ya no está encerrado en su pequeño feudo, la cocina, al que los particulares no tienen acceso, sino que se muestra y comparte con ellos sus técnicas y sus rutinas de preparación.

La tecnologí­a ha avanzado lo suficiente como para que prácticamente cualquier restaurante pueda permitirse adoptar esta forma de cocina en sus instalaciones. Han dejado de ser proyectos complicados y lujosos y se han vuelto mucho más asequibles, por ello, los profesionales de la industria nos hemos dedicado en los últimos años a minimizar las limitaciones de espacio, trabajando básicamente en dos frentes: aumentar el rendimiento, las funciones y la capacidad del equipamiento, y conseguir un diseño más reducido y un mejor aprovechamiento del espacio.

Podéis ver algunas cocinas a la vista equipadas por Fagor Professional si os pasáis a probar los menús de restaurantes como el Nerua del Museo Guggenheim (Bilbao) o el Mirador de Humboldt (Villa de la Orotava, Canarias).

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