El mundo de la restauración está evolucionando a pasos agigantados. En los últimos años estamos viviendo una revolución (tanto culinaria como en los hábitos del consumidor), sin precedentes y que por supuesto, se ha visto impulsada a explorar nuevos modelos de negocio en los últimos meses.
Quien nos iba a decir hace 15 o 20 años que hoy en día podríamos entregarle al cliente su pedido sin realmente haberle visto nunca. Sin embargo, en este último año es cuando hemos tenido que adaptarnos de una manera más rápida y, sobre todo, más eficaz, a la nueva realidad profesional.
Muchos restaurantes se están convirtiendo en espacios digitales en los cuales el único contacto que se produce es entre el repartidor y el cliente final. ¡Incluso los cocineros reciben las críticas gastronómicas a través de diferentes plataformas digitales!
No es de extrañar que esta evolución esté llevando a que muchos establecimientos hosteleros conciban su negocio sin siquiera tener mesas. También es una manera de reducir costes, sobre todo para aquellos locales en grandes ciudades, donde el alquiler o la compra del establecimiento puede resultar muy elevado.
Surgen así las dark y digital kitchens, ¿qué son?
Las dark kitchen, o cocinas fantasma, son, como su nombre indica, cocinas que realmente no tienen presencia física de cara al cliente, puesto que no tienen espacios destinados a la sala o a la recogida de pedidos. El cliente solo puede conocer el restaurante y puede realizar los pedidos a través de plataformas digitales, bien aplicaciones de pedidos online bien a través de empresas de reparto a domicilio. Por lo tanto, su negocio se basa por completo en la tecnología, ya que no tienen disponibilidad del servicio take away.
Las digital kitchen no distan tanto de la anterior opción, aunque sí que tienen la posibilidad de take away. Por lo tanto, poseen un espacio físico al que el cliente puede acudir. Sin embargo, el cliente no va a tener relación con ningún empleado ya que todos los pedidos y pagos se efectúan a través de plataformas digitales.
Lo cierto es que vivimos en un mundo cada vez más digital por lo que, sea cual sea el modelo de negocio de restauración por el que optemos, resulta imprescindible llevar a cabo una digitalización del negocio cuanto antes.
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