Nadie le hace ascos a un buen café. Pero si en España nos fastidia que los turistas sigan identificando nuestra gastronomía exclusivamente con la paella (concepto ampliable al gazpacho en los meses de verano), identificar Colombia únicamente con el torrefacto es, por lo menos, quedarse igual de corto. Y no sólo en lo que se refiere a su gastronomía –como podrá atestiguar cualquiera que haya probado un buen sancocho o una bandeja paisa–, sino a su importancia dentro del sector de cocinas y hostelería dentro de Latinoamérica.
Buena prueba de ello es su Feria Internacional de la Alimentación y la Hostelería (ALIMENTEC) que celebra esta semana su Sexta Edición en Bogotá, del 8 al 12 de junio, y en la que se presentan las últimas novedades del sector en materias tan diversas como alimentos procesados, hortifruticultura, bebidas, maquinaria, equipamiento, suministros, empaquetado y servicios. Todo lo que cabe en 10.000 metros cuadrados, que será el espacio dedicado a la Feria en el Centro Nacional de Negocios y Exposiciones de Bogotá; y cabe mucho: 300 expositores y más de 400 compradores internacionales.
La importancia de esta feria dentro del sector alimentario queda ya patente por la presencia del presidente de la República de Colombia, ílvaro Uribe, en la ceremonia de inauguración, que se celebró el 8 de junio entre las 7 y las 9 de la tarde. Eventos institucionales aparte, las distintas jornadas ofrecerán actos de tanto interés como la conferencia sobre el mercado de carnes vacunas a cargo del chef argentino Mario Avallone, sobre los aportes culinarios del queso parmesano, sobre el aceite de oliva en la dieta mediterránea, o sobre Tendencias de la Innovación Alimenticia Mundial a cargo del gurú del márketing y la consultoría Frederick Gautier.
Todo ello sin olvidar las –por suerte– inevitables degustaciones y demostraciones culinarias, que convertirán el ambiente de Alimentec en una continua explosión de creatividad, donde los visitantes no dudan en hacer breves interrupciones en su programa para acercarse a los stands donde las sartenes bailan y las manos se multiplican pelando, cortando, aderezando y salteando a medida que los chefs extraen de cada conjunto de alimentos lo mejor en olor, sabor y presentación.
Y, por supuesto, además de todo esto también habrá café. ¡El mejor del mundo!
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