Con harta frecuencia, las hamburguesas son consideradas uno de los pilares de la comida menos sana y más grasienta que podamos imaginar, y su presencia es constante en las listas negras de dietistas y médicos… El problema es que no podemos dejar de comerlas por lo ricas que están. Pero cuando se juntan dos personas como Juanjo López, de La Tasquita de Enfrente, y Rodrigo de la Calle, del restaurante que lleva su nombre y adalid de la Gastrobotánica, solamente puede surgir algo interesante, y eso se llama Nimú (Calle del Desengaño 18, en Madrid, y lo sentimos pero todavía no tienen página web, están en ello), un lugar donde disfrutar de unas hamburguesas verdaderamente gourmet.
«Rodrigo (izquierda) y Juanjo, en pleno vértigo inaugural»
Nosotros lo sabemos de primera mano porque estuvimos invitados el día de la inauguración del local y claro, tuvimos que hacer el grandísimo esfuerzo de probar sus hamburguesas. Afortunadamente no estuvimos solos en tan ardua empresa, pues además de periodistas especializados en gastronomía, contamos con la compañía de bloggers y twitteros de prestigio, como nuestro amigo Pintxo, Guía Repsol, Antonio Domingo o DigitalMeteo.
Entre bocado y bocado, Juanjo y Rodrigo nos fueron contando todos los detalles de su proyecto: cómo para ellos el pan es una pieza importantísima del conjunto y cómo han conseguido un proveedor barcelonés de panes que hace maravillas tales como panes de cerveza negra, de aceitunas verdes, de chipirones o incluso uno verde de tomillo, y todos están escogidos magníficamente para acompañar al ingrediente principal de la hamburguesa: la carne (lógicamente), que también tiene aquí sus peculiaridades.
Estamos acostumbrados a que las hamburguesas sean sólo de carne de ternera. No es que en Nimú tengan nada contra ellas, como enseguida veremos, pero se han lanzado a conseguir una mayor variedad en la carta, y así, ya de entrada, disfrutar en este restaurante es posible incluso para los vegetarianos, ya que incluyen una estupenda hamburguesa vegetal. También podemos elegir entre una de magret de pato, otra con secreto y presa ibérica, u otra con tomate y anchoas.
«Una de las estrellas de la casa; cada una se sirve con el tipo de pan más adecuado»
Para los incondicionales de la carne, hay disponible una de buey de raza wagyu (con un 10% de grasa para aportarle más jugosidad) y otra premium de ternera gallega 100%, que es espectacular porque el proveedor les envía un corte de la ternera que no se ve por aquí, aunque es muy conocido en Estados Unidos, el T-bone. Así, la carne tiene un mayor porcentaje de grasa, un retrogusto magnífico y está especialmente jugosa. Por cierto, todas las carnes se pican a cuchillo. El proceso lleva más tiempo, sí, pero queda muchísimo mejor.
En cuanto a guarniciones, todas las hamburguesas vienen acompañadas de patatas con su piel, de una salsa, y de ensalada aliñada, muy rica también, con flores comestibles y otras maravillas a las que nos tiene acostumbrados Rodrigo. Quizás aquí su concepto de la Gastrobotánica no tiene tanto protagonismo, y no pudimos ver esos cítricos y dátiles que prepara de forma tan maravillosa en su restaurante en Aranjuez; pero es que Nimú es otro tipo de proyecto.
Eso sí, no penséis que es una hamburguesa al uso y que hay que poner todo lo que hay en el plato dentro del bocadillo, y atacar con mordiscos de escualo. Aquí la idea es que la gente disfrute de cada pan con su carne (o no carne, vaya), sin distracciones que valgan. Y creednos, merece la pena hacer caso a estos chicos.
Síguenos